Noroeste
Regresé como cada verano desde hace tres a la aldea pequeña y olvidada por casi todos. Volvieron los niños a jugar con la vaca, el burro, las gallinas. Volvieron a saber cómo se puede vivir también sin supermercado, volví a asombrarme de que sea posible. Los animales, la huerta, la granja, los prados, el columpio bajo el castaño. La gran Carmen que carga con todo a sus espaldas y lo da todo a cambio de nada.
Volvimos a la niebla en la playa de aguas heladas, al rodeo sobre las olas y al pasodoble a mediodía en la sesión vermú. Al paseo por el puerto al anochecer, al olor a sardinas asadas que lo ocupa todo. Y a esas nieblas color rosado que duran lo que el rayo verde en el horizonte.
Vuelta a recorrer las carreteras y caminos de montañas chatas, de bosques oscuros como boca de lobo entre olor a eucalipto y laurel, carreteras para ir despacio para tener tiempo de ver, oler y elegir el camino, no el mas recto ni el más corto sino el que apetece, elegir en cada cruce, como en la vida.
Volvimos a la niebla en la playa de aguas heladas, al rodeo sobre las olas y al pasodoble a mediodía en la sesión vermú. Al paseo por el puerto al anochecer, al olor a sardinas asadas que lo ocupa todo. Y a esas nieblas color rosado que duran lo que el rayo verde en el horizonte.
Vuelta a recorrer las carreteras y caminos de montañas chatas, de bosques oscuros como boca de lobo entre olor a eucalipto y laurel, carreteras para ir despacio para tener tiempo de ver, oler y elegir el camino, no el mas recto ni el más corto sino el que apetece, elegir en cada cruce, como en la vida.
Canción para hoy: Bright side of the road - Van Morrison
1 Comments:
si es que en realidad nunca vamos a ninguna parte.. saludos
By ashestoashes, at 3/8/06 18:45
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