Cuando las canciones hablan de ti

23.5.07

Por una sonrisa (y II)

...la música le fue llevando a otro lugar, lejos, muy lejos.

Cuando se despertó seguía sonando "La vida" no sabía si por segunda o por tercera vez. Aún tardó más de media hora en poder abrir los ojos. Cuando por fin consiguió incorporarse miró el reloj de la pared, todavía no era tarde. Salió de nuevo de la casa y bajó por la pradera hasta el río.

Ahora hacía más calor y no le costó nada decidirse, se desnudó y poco a poco entró en el agua. Estaba bastante fría pero no llegaban a doler los pies. Cuando le llegaba por la cintura no aguantó más y se lanzó con decisión. Sin sacar la cabeza del agua cruzó la poza hasta la roca de la otra orilla dejando que el frío le entrara por todos los poros de su piel. Se tendió al sol sobre la piedra enorme de granito calentada por el sol y sonrió. Cuando ya estaba seco se tiró de nuevo al agua y nadó de vuelta a toda velocidad. Antes de salir no pudo evitar beber un buen trago. Estaba tan fresca… Dejó que el sol lo secara de nuevo y se puso la camiseta antes de volver a saltar sobre la hamaca y sobre el libro.

El sol iluminaba de lado las copas de los árboles cuando leyó las últimas frases: "…la encontró muerta de amor en la cama con los ojos radiantes y la piel de recién nacida. Los troncos de los cabellos le brotaban como burbujas en el cráneo rapado, y se les veía crecer." Se quedó mirando la última página hasta que la vista se le perdió desenfocando todas las letras. Mientras cerraba el libro sonrió. Se vistió y recogió la hamaca.

El cielo estaba empezando a cambiar de color, pensó que desde la cima de la colina habría un espectáculo impresionante pero le pudo la pereza. Cuando llegó hasta la terraza de la casa tiró el libro y la tela sobre el banco de madera y se dejó caer con suavidad sobre la mecedora de madera de olivo. Dejó vagar la mirada por encima de los árboles, los tonos celestes se iban oscureciendo y cada vez era más difícil distinguir los castaños de los pinos. El canto de los pájaros se fue apagando y a lo lejos se oía levemente la canción de las ranas en la charca. Poco a poco empezaron a aparecer algunas estrellas. Una luna creciente finísima se dejó ver tan pronto como se fue el sol pero enseguida corrió tras él con la esperanza de alcanzarlo. Cuando casi no se veía nada más que las estrellas y las sombras de las copas de los árboles cerró los ojos, sonreía en silencio mientras pensaba que no podría haber un momento igual en su vida, con esa paz.Hizo un esfuerzo por grabar en su cabeza todo lo que sentía en ese momento. Escuchó el canto de las ranas, el grito apagado de la lechuza, sintió el frescor del aire de la noche, aspiró con todas sus fuerzas el aroma de los pinos y de la hierba húmeda todavía. Un recuerdo de otro olor se mezcló con los que esperaba y pensó que su voz siempre le había recordado a la de Astrud. Se la imaginó con su cara pero cantando con la voz seda de la brasileña:
"...Quiet nights of quiet stars, quiet chords from my guitar, floating in the silence that surrounds us..."
Dejó que ese pensamiento lo invadiera por completo, tanto que hasta la oyó decir "hola Pedro". Un escalofrío le recorrió el cuerpo de arriba a abajo y quiso disfrutar de esa sensación un momento más antes de abrir los ojos. Ni siquiera se asustó al ver delante de él esos ojos color de miel, esa melena morena y lánguida bordeando la piel clara de su cara y enmarcando esa sonrisa franca, tan familiar y tan querida. Quiso gritar de felicidad pero no pudo, sus bocas se fundieron en un beso tan largo y tan profundo como la paz de esa noche de primavera.

Canción para hoy: Corcovado (Quiet Nights of Quiet Stars) - Stan Getz/Astrud/João Gilberto

6 Comments:

  • Qué día tan perfecto, qué precioso final!!! Por historias así hace que valga la pena la vida, no crees???

    By Blogger Arual, at 24/5/07 00:21  

  • Qué bien está lo que bien acaba.

    Nunca le tenido mucha simpatía a Astrud. Tuvo fortuna y luego la dilapidó realizando versiones infames de la Garota de Ipanema y de todos los clásicos de Jobim, el más grande o uno de ellos.

    By Blogger Zar Polosco, at 24/5/07 10:05  

  • Esto es vida. El resto el esfuerzo por conseguir vivir un día de así.

    By Blogger 3'14, at 29/5/07 11:36  

  • Yo también empecé con Stan Getz y Astrud Gilberto, empalagosos donde los haya, mi gusto por esa música.

    Francamente adecuada para ahondar en la melancolía, la añoranza y el recuerdo amable.

    Pero tú que ya no eres un chaval deberías quitártelos de encima con urgencia. Te pueden llevar a la depresión y, entonces..., entonces te perderías a Bill Evans.

    By Blogger Arturo, at 29/5/07 12:42  

  • Bonita historia.
    Me ha gustado mucho el final, pero me quedo con esa puesta de sol. Lástima que le pudiera la pereza.
    besos.

    By Blogger Mae, at 30/5/07 16:21  

  • Lo estoy intentando con Bill Evans pero de momento no me entra. Todo llegará.

    By Blogger elbé, at 31/5/07 00:09  

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