El guante
Aprovecho el guante que me lanza Pi y os copio las cinco pimeras líneas de la página 123 de Leviatán de Paul Auster:
"...sencillo señalar el momento en que empezaron estos cambios -centrar la puntería en la noche de su accidente y echarle la culpa de todo a aquel extraño suceso-, ya no creo que esa explicación sea adecuada. ¿Es posible que alguien cambie de la noche a la mañana? ¿Puede un hombre dormirse siendo una..."
Se supone que ahora tengo que nombrar a cinco candidatos a continuar esta serie pero, como dudo si tendré cinco lectores a los que nombrar, simplemente os lo dejo aquí (el guante) y que lo recoja quien quiera (ya sabéis, cogéis un libro, lo abrís por la página 123 y escribís en vuestro blog -o donde os parezca oportuno- las cinco primeras líneas de esa página).
En realidad me alegro de que Pi me haya hecho el encargo porque a este blog le están saliendo telarañas. Como a su autor.
Canción para hoy: El Hombre que confundía los sentidos - Los Flechazos